Rechazo, frustración, enojo, desesperación, humillación, impotencia y demás que confluyen en procrastinación. Todas las emociones que surgen ante un "No" del cliente y que nos orilla muchas veces a no hacer el acercamiento a los posibles clientes para evitar esa respuesta que traducimos de muchas maneras.
Durante los muchos años que tengo acompañando a vendedores a descubrir aquellos aspectos desconocidos que "cooperan" a que no logren sus metas hemos descubierto juntos la enorme cantidad de percepciones que tiene la negativa ante los productos que se prentenden colocar en una venta. Así, la palabra "NO" llega incluso a transportarlos a experiencias personales de la infancia realcionadas con el reachazo, la ausencia de uno o ambos padres y una enorme cantidad de situaciones traumáticas de su historia de vida. Esto aumenta de intensidad si el producto a vender es un intangible a corto o mediano plazo como un seguro debido a la imagen que la población se ha construido de los agentes de seguros a lo largo de los años.
A pesar de que la palabra "NO" tiene estas connotaciones en los vendedores tambíen hemos de poner la atención en todas aquellas ventajas que el "NO" representa en la vida de todos los seres humanos.
Límites, autoafirmación, autocuidado, sana distancia, firmeza, disciplina y otras más que sería importante que el lector o lectora de este articulo pueda sumar para aprender a mirar el "NO" desde toda una gama de posibilidades que implican un bienestar y no solo un rechazo. Al momento de familiarizarnos con todos los beneficios de la negativa podemos construir respuestas corporales, emocionales y verbales útiles y funcionales abriendo la perspectiva a que en lugar de detenernos al momento de una venta podamos encontrar "puertas abiertas" donde no lo esperábamos. Esto puede ayudar a continuar una relación sana y a largo plazo con los clientes aunque al principio no se traduzca en una venta. Pero la venta llegará.